Es cierto, ya nisiquiera es el mismo día.. la madrugada del cinco de septiembre viene a sentárseme al lado para secarme las lágrimas que no puedo evitar, las mismas de las que hoy he perdido la cuenta pero de las que no me arrepiento porque sé que tienen razón de ser...
Es tan difícil aceptar que me arrepiento como pintar de rojo el cielo & descubro entonces que temo más a la soledad que a la misma muerte, que el silencio se convierte en mi peor enemigo pues hace que retumben en mi mente las voces de mis equivocaciones sin sentido; & en un intento desesperado por quitarles la fé a quienes juran que todo tiene un principio & un final comienzo a redimirme en tus ojos infinitos de nuevo, apuesto todo teniendo claro que mucho apunta a salir con nada pero mi razón se fué perdiendo en tu boca, en tus manos, en tu cuerpo hace mucho tiempo atrás.. te la robaste hace mucho & no quiero que me la devuelvas si no es con la promesa del por siempre en que me hiciste creer...
Me rehuso a imaginar que me encuentro inmersa en otro juego efímero de los cuales siempre solía jugar, me rehuso a perderte e incluso a respirar si no es el aire que tú me brindas, me rehuso a darle cabida a un nuevo sueño si no te lleva a ti de la mano, me rehuso sobretodo a no amar hasta el más mínimo de mis recuerdos a tu lado.. & entonces no puedo rehusarme a aceptar que perdí la mayoría de mis leyes al aferrarme a la suprema ley de morir por ti.

No hay comentarios:
Publicar un comentario